La reestructuración financiera es aquel proceso en el que una empresa reorganiza sus finanzas para mejorar su salud financiera.
De esta manera, reducen deudas y reestructuran sus operaciones para hacerlas más eficientes, este puede ser un punto clave para que las organizaciones sigan siendo competitivas en un panorama empresarial cambiante. Pero este proceso, ¿Qué implica?
Incluye la refinación de la deuda, renegociación de arrendamientos y contratos, y la desinversión de activos no estratégicos, así como la aplicación de nuevas estrategias financieras y operativas para mejorar el rendimiento global de la empresa, este proceso puede ser un poco difícil, ya que requiere de planificación y minuciosas investigaciones.
Cabe destacar, que existen diferentes tipos de reestructuración financiera, a continuación se los presentamos:
- Reestructuración de la deuda: Esto comprende renegociar los términos de la deuda existente y financiar para obtener mejores condiciones.
- Reestructuración del capital: Es un tipo de estrategias que se emplea generalmente como una forma de lidiar con los cambios en el mercado que han afectado la estabilidad financiera de la empresa.
Ambos tipos de reestructuración pueden utilizarse para mejorar los resultados financieros globales de la empresa. El tipo de reestructuración que se emplee dependerá de los objetivos de la empresa y de la situación financiera actual, que permitan obtener importantes ventajas como:
- Mejora de la tesorería
- Reducción la deuda
- Mejora la eficiencia operativa
- Aumento del valor
¿Cómo evaluar si una empresa necesita reestructurarse?
Para determinar si una empresa necesita o no reestructurar sus finanzas, es importante tomar en cuenta su situación financiera actual a través de factores claves como los siguientes:
- ¿Está la empresa endeudada?
- ¿Tiene la empresa dificultades para cumplir sus obligaciones financieras?
- ¿Está disminuyendo la rentabilidad de la empresa?
- ¿Se enfrenta la empresa a retos financieros importantes?
Una vez evaluada la situación financiera de la empresa, esta puede decidir si necesita o no reestructurar sus finanzas. De acuerdo a la toma de decisiones que se realiza, existen diversas estrategias a tomar en cuenta, como lo son, la reestructuración de la deuda, el capital, los activos y la operativa, cabe acotar que según los objetivos de la empresa y su situación financiera, se tomará la mejor alternativa para llegar al éxito.
El profesional se encargará de elaborar un plan de reestructuración, de acuerdo a las necesidades y la situación que se encuentre la empresa, donde debe incluir un análisis detallado de la situación financiera, comunicar el plan, negociar con los acreedores, aplicar el plan y supervisar los progresos.
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